Mis primeras experiencias con el café datan de cuando tenía unos 8 años, en plena edad en la que veía caricaturas. A eso de las 9:00 de la noche cuando iba a ver ScoobyDoo en Cartoon Network, me servía un vaso grande de agua helada con Nescafé y azúcar. básicamente un tinto frío que disfrutaba muchísimo. Ya cuando estaba en la Universidad, en los cambios de clase, tomaba siempre tinto con algunos compañeros y por aquella época fumaba Marlboro. Esto último afortunadamente pude abandonarlo, me hacía sentir débil y ruin, a pesar de haberlo hecho durante al menos 7 años. De esta manera, el café tinto estuvo conmigo durante toda la carrera, y se hacía aún más presente en época de exámenes parciales y finales.
Cuando comencé mis prácticas en Grupo Éxito, la compañía tenía cierta especie de ritual, en el que cuando alguien ingresaba le regalaban un cuaderno, uno lapiceros y un mug enorme, hasta donde puedo recordar. El mug era porque en varias partes del edificio administrativo había unas máquinas enormes de café, donde los empleados podíamos tomar todo el que quisiéramos. Creo que esos seis meses fueron claves para desarrollar este gusto. Cuando conocí a mis actuales jefes, probablemente otro factor común con ellos, además de la afición por la tecnología y el ciclismo, fue el café. Con este nuevo círculo social fue donde más evolucionó este interés porque prácticamente dejé el instantáneo del todo y comenzamos a consumir café en grano para moler; donde el consumidor si puede tener una verdadera experiencia con el café.
Como había comentado antes, una de las grandes transformaciones con mi equipo de trabajo se había dado en la forma cómo yo veía y vivía el ciclismo. Esto mismo pasó con la parte del café, donde se depuró, se mejoró, y se convirtió en otro ritual parecido al del vino. Aquí también se ponen a prueba los sentidos para calificar aromas, sabores, intensidades, tostiones, aspectos visuales, y resultados finales en taza. Con el tiempo estuvimos probando varias marcas, orígenes, tipos de preparación y proporciones.
Curiosamente el ciclismo y el café son gremios en donde convergen muchas personas, y cada interés potencia al otro. Finalmente yo terminé comprando café en grano también y teniendo la parafernalia necesaria para procesarlo y consumirlo.
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