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Mi interés y curiosidad por la naturaleza, sin duda alguna son algo inculcado por las enseñanzas de mi papá. Era lo menos que se podía esperar de un científico, biólogo, ingeniero, erudito y botánico con más de medio siglo de experiencia en su ramo. Me impresionaba su aprecio pero a la vez desapego por la vida, completamente ajeno a la necesidad de algo y cometía muy pocos errores. Observaba el proceso biológico de cualquier cosa con la que se tropezaba e intentaba comprender las causas de todo, particularmente de todo tipo de plantas. Como amigo de los animales, era un respetuoso disciplinado que trataba de comprender a todas las formas de vida y compartió mucha parte de su existencia con el campo y los animales. Aunque de pequeño fui poco receptivo con su manera de vivir, porque estaba más concentrado en la televisión, los videojuegos, los amigos de la unidad y la vida citadina; después de la adolescencia pude conectarme mucho más con él y entender por qué amaba el campo.

Estudiar en el colegio de lunes a viernes en la mañana y salir a jugar con los amiguitos por la tarde y en el fin de semana es una historia. No se da un agotamiento tan fuerte como el que empieza a sentir un estudiante de Universidad que tiene que hacer cosas complejas, o un empleado que adquiere compromisos grandes, tanto con su empleador como con sus clientes. Aquí comencé a sentir las bondades de los momentos de desconexión entre la naturaleza. La apreciación de los sonidos de la vida silvestre, el descanso para la vista que permiten los colores verdes exuberantes. Y entre otras muchas cosas, en un paisaje cualquiera bastante poblado de una generosa diversidad de árboles, casi me podía imaginar a mi papá yendo de un árbol a otro y tomando apuntes para sus múltiples estudios de crecimiento de plantas y reforestaciones.

En los últimos años, ha habido otra cosa que me ha interesado y gustado mucho que involucra a la naturaleza, y esa es la reinterpretación de algunos conceptos culturales y religiosos en un contexto más lógico y científico, y por consiguiente alejado de dogmas y mitos. Uno de ellos por ejemplo es el concepto de reencarnación, donde religiosamente se habla de el regreso a la vida de una persona en otro cuerpo. Yo lo he visto más como la descomposición de un cuerpo en alimento para miles de cuerpos de especies diferentes, donde todos esos ejemplares morirán en un proceso extenso, y servirán como energía y alimento a otros; creo que esa es la verdadera reencarnación: Un sólo ser reencarna en otros muchos de diferentes tipos, y muchos otros que murieron podrían reencarnar en uno sólo o varios. Porque el ciclo energético y biológico del planeta es multivariado pero es cerrado.

Así como el concepto reinterpretado de reencarnación en un contexto meramente científico, existen muchas otras cosas en las que me gusta perderme mientras disfruto de un café. Por desgracia el tiempo de vida y la dedicación que se puede poner en alguna ciencia son muy limitados por eso de la especialización de los oficios en la que vivimos, pero realmente me apasionan varias cosas.

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