La teoría del caos está concebida para ilustrar aquellas situaciones en las que pequeños cambios pueden modificar sustancialmente los eventos que se supone deben ocurrir. En pocas palabras, hacen impredecibles las cosas. Normalmente cuando uno se dedica a algo que no produce nada se le llama ocio. Pero una cosa que parece mala puede llevar a otra que termina siendo buena. Mi adicción a los videojuegos a los 10 años me hizo aterrizar en el mundo de los computadores a los 18. Y comenzar una carrera de Ingeniería de Sistemas a los 20. Así las cosas, resulta increíble que un vicio que hoy es un problema a nivel mundial en todos los hogares con niños, haya sido lo que le dió dirección en el aspecto profesional a mi vida. Donde casi toda mi familia veía un problema que iba camino a terminar desastrosamente, Papá vió insistentemente una oportunidad. Y esta oportunidad se encarga de pagarme cada café, cada botella de vino, cada paquete de gomitas, y cualquier gasto que mi estilo de vida genere.
Una vez que comencé a estudiar, pasé por una montaña rusa de emociones respecto a cómo veía mi futuro profesional. Me gustaban mucho los retos, el resultado final de un software, la construcción de algo que agrega valor a una compañía. Pero la otra cara de la moneda, era ese contexto de la tradicional vida laboral en oficina del siglo XX, el formalismo y la burocratización de los oficios. Esto último me decepcionaba de la elección profesional que había hecho y tuve varios momentos de inseguridad a lo largo de mis estudios. Cuando comencé a ejercer mi profesión tuve la suerte de tropezarme con un empleador, que a pesar de ser un líder innovador en lo que hace, también ya era un revolucionario en la concepción de la manera de hacer empresa, emplear desarrolladores y ejecutar sus proyectos, y esto me devolvió la motivación que había perdido durante los años de estudio.
Hay que ser demasiado apasionado para estar en este mundo. La paciencia, la consagración a múltiples temas relacionados, y la persistencia son fundamentales para lograr objetivos en esta área. En el Desarrollo de Software se vuelve una verdad irrefutable que lograr cosas que valen la pena, va a doler, va a costar y se va a demorar. Aquí es normal tener mil fracasos antes del primer éxito. Si el sistema funcionó a la primera vez, lo más seguro es que se trate de una casualidad. Los éxitos inmediatos generan mucha desconfianza. Por eso, el software sobre el que está expuesto todo este contenido, el cual es de mi autoría; se ha tomado más de dos años en desarrollarse y se sigue perfeccionando en mis ratos libres.
Si tuviera que escoger un super héroe que me identifique, ese sería Iron-Man. Un enfermo por la tecnología, millonario, fetichista con la perfección, y representante de una compañía líder en desarrollos de Ingeniería. Esa es la visión que proyecto de mi futuro profesional, un Tony Stark del Software.